En lo que va del año, la violencia vicaria ha cobrado la vida de siete niños en España, superando las cifras anuales de años anteriores como 2015, 2018 y 2021. Este tipo de violencia, que implica el asesinato de menores por parte de sus padres como forma de violencia de género hacia la madre, ha sido solo superada por las cifras del año 2017.
La mayoría de estos crímenes no fueron precedidos por denuncias, lo que complica enormemente la detección temprana y la intervención. Juan José López Ossorio, jefe de análisis VioGén y Criminalidad, señala que la detección en muchos casos solo es posible en instancias judiciales civiles, donde apenas un 28% de los casos habían sido previamente denunciados.
Este año, todos los casos reportados involucraron a víctimas españolas y se centraron principalmente en Cataluña y Andalucía. Notablemente, el 60% de los perpetradores optó por el suicidio tras cometer el asesinato, eliminando la posibilidad de ser juzgados por sus actos.
Miguel Lorente, exdelegado del Gobierno contra la violencia de género, critica la actual aproximación demasiado policial al problema y aboga por una estrategia más proactiva y menos dependiente de la seguridad. Además, resalta la confusión creada por el término “violencia vicaria”, sugiriendo que puede conducir a una falta de conciencia sobre la continuidad de la violencia que considera a las mujeres y a los niños como propiedad.
El Ministerio del Interior está realizando esfuerzos para mejorar los mecanismos de detección de este tipo de violencia y prevenir futuros incidentes, en medio de un creciente debate sobre el negacionismo y la criminalización de los hombres, que según los expertos, puede estar exacerbando el contexto violento.
Para más información sobre medidas de prevención y apoyo, se recomienda consultar los recursos disponibles en la página web del Ministerio de Igualdad o contactar con los servicios de ayuda a víctimas de violencia de género.
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